Tras el pequeño tour por Broadway, pensamos que irse de Nueva York sin ver un musical era un crimen, así que ni cortos ni perezosos compramos un par de entradas para Wicked. Fue una verdadera pasada.
Después del musical nos comimos un par de langostas en un "Red Lobster" (Sponsored by Fran y Estefanía). Si te gusta el marisco, este es tu sitio. No es barato, pero vale la pena.
Bueno, antes de todo esto nos dimos un paseo por el Madame Tussauds, la verdad es que nos esperábamos que fuera más grande pero estuvo bien para hacer un poco de tiempo antes del musical.
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